martes, 31 de marzo de 2015

De tal palo…

En espera del indulto que lo salvara de la silla eléctrica, el atracador hizo prometer al joven abogado que le haría llegar a su único hijo una cartera oculta en un apartado de correos.

La suspensión de la ejecución nunca llegó,  y el abogado, fiel a su palabra, entregó al chico aquella cartera de la que extrajo  una pequeña libreta y un revólver que ocultó en el bolsillo de su pantalón corto. Todo estaba perfectamente dibujado. El itinerario más seguro hasta el banco, una ruta de huida en color rojo. Las horas y  las esquinas donde estarían apostados los policías sobornados. La evidencia de un trabajo concienzudo.

Estaba a punto de llorar, pero pensó con rapidez: por previsión cargaría el revólver,  luego se dirigiría al banco. Todo estaba listo, todo, hasta que el mismo abogado le hizo ver que los pies no le alcanzaban  a los pedales del automóvil.


Nota: Relato seleccionado en el mes de marzo en el VII Concurso de Relatos de Abogados y publicado en el portal de la Abogacía


4 comentarios:

  1. Gracias Miguel a ver si hay suerte en otras jeje.Gracias pro el paseo y un abrazo

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  2. Es normal que ha sido seleccionada porque el micro está muy ingenioso. Me ha dado mucha gracia porque en mi último relato Kill Bill III mi protagonista también está para ser ejecutado en la silla eléctrica. Un abrazo, Sotirios.

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    1. Gracias Soti cuánto tiempo un abrazo a ver si tengo tiempo y os leo a todos y todas.
      abrazos

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