martes, 28 de julio de 2020

Mal tiempo




Todo parecía tranquilo, pero olía a tormenta recién desatada. No necesitaba información del satélite para saber que, el huracán de mi hija Isabel estaría arrasando todo lo que encontrara a su paso. Había vuelto a recaer. Entré directamente en el baño, necesitaba descender la temperatura para no aumentar el calentamiento global. Aguanté la respiración y lloré hasta granizarme entera, que ya me llovían los ojos desde hacía rato. Me diría que no, mil veces me lo negaría, y al final, para evitarme el dolor de verla así, dejaría caer la nieve sobre la mesa de cristal.

Con este relato fuimos finalistas en el certamen Realidad Ilusoria. y todo antes del confinamiento, luego todo vendría a ser un poco más ilusoria la vida.