
-Algún criterio hay que
seguir y puestos a salvar almas, apostemos por las más bellas, ¿no?- Dijo con
ese latigazo de superioridad que le otorgaba su
rango militar.
Subieron solo con lo
puesto y el resto tuvieron que tirarlo por la borda.
Horas más tarde, los
supervivientes comunicaron la lista de las personas que habían fallecido
durante la travesía y allí estaba su nombre.
A la deriva una niña bella
y su hermano, aún cogidos de las manos, eran devueltos por el mar.
Se me ha roto el bolsillo del tiempo. Antes las horas eran calderilla. Solía mezclarlas con los días y mover la mano para oír su sonido. Ayer me di cuenta del roto. No encuentro varios años, los guardé liados a una década y los he perdido. El hilo no vale para coser el bolsillo, he decidido coserlo con la línea que parece mas resistente. Siempre creí que ahorrar tiempo era un despilfarro.
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