
El efecto de las pastillas dura cada vez menos tiempo y doblo la dosis cuando suenan las sirenas que avisan la llegada de los barcos a puerto. Los vecinos me miran indulgentes, cómplices de mi locura que no quiere admitir la evidencia del naufragio.
Prefiero hablar con ellos de cosas imposibles, de lo que les pondré de cenar o lo que haremos el lunes que libran, y al anochecer regreso.
Apuestas REC semana no sé cuál.
Porque de lo posible se sabe demasiado. Locura y ternura de la mano.
ResponderEliminarNachoo siempre ahí maestro.Abrazos
EliminarSi que se volvieron los domingos amargos para tu protagonista.
ResponderEliminarBuena apuesta, Manuel.
Un abrazo
Ya ves, le tocó el hundimiento. Abrazos Ángel
EliminarUn relato tristísimo, que a mi me sugiere mayor recorrido. No para el concurso, claro.
ResponderEliminarGracias Miguel , sí pasa con muchos deberíamos plantearnos retos más largos en folios digo. Abrazos
EliminarUna apuesta dura, locura antes que aceptación, demasiado dolor para tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí complicada su vida, se le ha ido al carajo. Abrazos Yashira.
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