Sólo a las niñas guapas y a los hermanos que se
las presentaban les dejaban fuera.
Había que elegir con quien quedarse. Meses antes, a mí me ocurrió lo mismo,
tuve que elegir entre papá o mamá y decidí quedarme con él. Mamá sabría
bastarse por sí misma, pero papá era distraído y frágil. Yo tenía 13 años era
grande y fuerte seguro que podría ayudarle.
Días más tarde, nos
subieron a vagones diferentes y supe que jamás volvería a verlo. Una mañana me
pareció que entraba en las duchas, pero el denso humo que salía de las barracas
no me dejó distinguirlo.
Recuerdo que siempre
dijo que prefería la incineración.
