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jueves, 30 de junio de 2016

Turismo Activo

Los muertos que vagamos por los fondos marinos somos personas normales que intentan llevar un retiro tranquilo. Con un ojo abierto a la vida y el otro, tapado por un parche, a la muerte, nos esforzamos en  vencer al sueño y evitar que las mareas nos arrastren donde somos vulnerables a las fauces de los monstruos abisales, o blanco de la  venganza de las tortugas que, en otro tiempo, desmembrábamos y comíamos a la sal en  la cubierta de algún balandro jamaicano.
Firmes, con la pata de palo- el que la conserva- bien clavada en la arena marina, y parapetados tras un cascarón hundido que aún sepulta tesoros, esperamos pacientes, cada día, su llegada.
Hoy adivinamos una gala divertida. Una ceremonia de boda donde pasan al novio por la quilla, a la novia la suben en volandas al palo mayor y finalmente, tras jurarse amor eterno con una mano en la botella de ron y la otra en la Biblia, son empujados hasta el borde de la tabla por el sable de un nativo hasta arrojarlos al mar envueltos en sus neoprenos.

Agazapados, esperamos que en la caída los anillos, ocultos en una ostra, salgan disparados y aumenten nuestro botín.


Relato para ENTC (Esta Noche Te Cuento) Tema los Océanos.

miércoles, 25 de junio de 2014

Turistas y otros miedos

Giro la cabeza, me vuelvo y el guía no está en mi campo de visión, ha sido sólo un segundo, menos diría yo. De pronto, devorada por la muchedumbre que camina entre las callejuelas no localizo a ninguno de mis compañeros de viaje. Acelero, tropiezo, rompo una chancla y empiezo a angustiarme, siento que todos los ojos comidos de raza me atraviesan,  conocen mi miedo y mi extravío. 
Veo el sombrero Indiana Jones de Carlos doblando la calle dos laberintos más  abajo. Corro. Ahora, un burro repleto de sacos casi me aplasta, los niños corren entre mis piernas y rompo la otra chancla. Intento salir de esa ratonera velada de turbantes, tuerzo. Una calle aún más estrecha que termina en otro callejón sin salida y una plaza. Fieles descalzos entrando a la mezquita  y un extraño que me persigue, camino más deprisa, todo lo rápido que puedo, descalza, y él cada vez más cerca, casi me toca, me atrapa, tira del vestido de gasa y grito.
Despierto en la habitación del hotel sudada, con la garganta seca. Él sólo tendrá que esperar agazapado en el laberinto de calles a que vuelva a dormirme.

Nota: Participación en la web ENTC (Esta noche te cuento) Tema del mes : "...en el laberinto"
Ilustrador: Miguel Jiménez.