
Nota: REC (Relatos en cadena semana 17 cadena SER. Frase comienzo: "Y allí sigue, en silencio, acumulando polvo, junto al proyector de cine, el barco pirata y la nave espacial "

Pero esta vez, ella lloró, había elegido la víctima equivocada, se había enamorado de sus
Pero esta vez, ella lloró disimuladamente. Él hablaba sin mirarla, como hacía siempre desde que se divorciaran.
-Y así, tontamente,
acabe pegándome un tiro
cuando menos se lo esperen-le rogó-Es usted el Hermano Mayor de esta cofradía y
es su responsabilidad. Estoy harto de cruces, de clavos en las manos y coronas
de espinas. No quiero ser el Verbo, ni quiero ver mi rostro ensangrentado en
cada espejo, ni salir al frío de “La Madrugá” y comenzar cada año mi calvario
nazareno.
-Y así,
tontamente, acabe pegándome un tiro, pero mantenga esa cara de asesino, finja
ser el marido ultrajado, imagine que tiene delante al hombre que se tira a su
mujer. Por favor, no se salga de plano, enséñeme sus poderes, mire fijamente a
la cámara y cuando diga acción, levante el brazo, apunte
a la cabeza y dispáreme.
Cuando arreció el monzón en el mercado de Kampot, me resguardé bajo un cobertizo. Al final del callejón se exhibía un cartel indescifrable con la imagen de una joven ataviada con los lujos de las princesas Jemeres, respetadas por su poder adivinatorio. Entré. Su rostro moreno, iluminado por un grano de arroz de oro incrustado en su mejilla, mostraba la sonrisa serena de las estatuas de Angkor. Me senté frente a ella subyugado por el infinito oscuro de sus ojos, ante los que mostré una mezcla cutánea de miedo y atracción.
Claramente, esta
lista de palabras no responde a los Santos Principios de nuestra Religión.
Tampoco acata los preceptos de
comunicación del Ministerio de Prensa y Propaganda. Por tanto, me veo obligado,
tal y como expresan las ordenanzas de nuestro Código de Ética y Buen Gobierno, a tratarlo como un agitador y aplicarle el correctivo pertinente por su inducción al motín ciudadano.