Por el Boulevard
Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel.
“Cunita”, así llamaba ella a su pequeño nido de amor donde dormía después de
una noche de desenfreno. Ni siquiera será capaz de acordarse cuando despierte.
Ella, salió de casa con la autoestima por las nubes, decidida a conseguirlo.
Empezó por mirarlo y a la hora, ya estaba emborrachándose en el bulevar del
placer. Ella pensaba que esta vez era amor, pero como todas las mañanas, al
despertar, solo tenía 100€ sobre la mesita y la sensación de que, no dejaría
nunca de llover, por muy soleado que estuviera el día.
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