miércoles, 26 de abril de 2017

FETICHES

Un traje de buzo del siglo XIX, utilizado en varias escenas de 20.000 leguas de viaje submarino del que sólo se conservaba, en buen estado, la escafandra esférica de metal.
Una muñeca imitación perfecta, a escala real, de la niña de El Exorcista, la pequeña Regan, con la cabeza completamente del revés vomitando el mal que la aflige.


La silla de Emmanuel en la que, en más de una ocasión, se hubiera masturbado de haber sentido tieso el mimbre y la pastilla de jabón, que compró finalmente en el anticuario porque la mantequilla, ni siquiera la francesa, dura tanto tiempo.

Apuesta para la primera fase del concurso de ENTC la Copa

viernes, 21 de abril de 2017

Perseverancia

Como todos, ella también había sido persona antes que víctima. Había disfrutado de una vida feliz a ratos. Nadie la maltrató en su infancia y recibió una educación basada en los principios que acompañan al ser humano por el hecho de serlo. Aprendió pronto que leer le apasionaba y más aún contar historias y escribirlas.

Consiguió lápices y pequeñas libretas en la escuela donde comenzó a relatar las curiosas vidas de sus familiares, pero los soldados se lo prohibieron.

Año después, con una vieja máquina de escribir, llenó papeles de historias de su país, de su mundo y de otros mundos que descubrió entre los libros. Había héroes y villanos, locos enamorados y amantes despechados, pero la guerra destruyó su casa y sus manuscritos quedaron convertidos en cenizas.

En el hospital donde fue atendida durante meses le permitieron usar un ordenador. Internet, redes sociales, escribir y guardar sus cuentos, pero los cortes de electricidad y el fuego amigo terminaron con todo.


Ha pasado el tiempo, y cada mañana, se levanta, sale de su maltrecha tienda y con la espalda apoyada en la alambrada dicta despacio nuevas historias a una voluntaria que ayer recogía en su nombre un prestigioso premio literario. 

Nuestra participación en la web ENTC (Esta Noche Te Cuento). Tema escritores y/o sus personajes 

domingo, 9 de abril de 2017

La intensa atracción de lo cotidiano

Sólo le quedaba un cigarrillo y se lo fumaría después de hacerle el amor por última vez. Dejaría ambas cosas al mismo tiempo, lo tenía decidido. Su adicción al tabaco la sustituiría por los parches de nicotina y el deporte. A ella por su nueva y joven amante con la que el sexo no era ni fatigoso, ni arrastrado, ni como el café con leche de todas las mañanas con dos terrones de azúcar.

El sonido de la llave abriendo la puerta, los gritos de los niños y el “hola cariño, ayúdame con las bolsas” lo sobresaltaron y sin pensarlo dos veces encendió el pitillo.