De un certero bocado le arrebató el pincel y de paso, se llevó media mano entre sus fauces sanguinolentas. Había escapado del lienzo y se mantenía agazapado en una esquina del estudio.
Le crecía el pelo por segundos, aumentó su masa corporal y desde sus amarillentos ojos lanzó una mirada amenazante. Ocultó su rostro entre las garras afiladas y antes de que atacara de nuevo el pintor, con la otra mano, borró la luna llena del paisaje.
Muy interesante. Veo que lo tuyo es ante todo el misterio. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAna gracias por la visita y la lectura. Desde luego el misterio me gusta jajaja. Abrazos
EliminarMe gustó Monte.
ResponderEliminarPues poco te gustó so parco que eres un parco, jajaj.Abrazos
EliminarEs lo que de verdad quería, romper con su garra el lienzo de una luna imposible para él.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Albada , gracias por estar ahí siempre comentando yt leyendo. Un placer recibirte. Abrazos sin garras
EliminarMe gustó.
ResponderEliminarMi lectura me la da el título, sospecho que lo que quieres contarnos es como las obsesiones de los creativos pueden destruirle. Esos escritores que se encierran y se alejan de la familia, ese vivir en mundos paralelos; la preparación excesiva para los deportes profesionales que lo apartan del entorno. Y si no es así, pues ya sabes, el lector siempre tiene razón. Feliz año nuevo.
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