miércoles, 23 de septiembre de 2015

¡Ánimo Machote! Y ¡El Becario!

¡Ánimo Machote!
¡Cuánta fuerza y qué poca puntería! ¡Alma de botijo! Le gritó aguda estrellando sus caderas por el pasillo.
-De cántaro-le corrigió-.
- ¡Y qué!, los dos están huecos como tu cabeza y tu miembro. Otro análisis negativo. No sé de qué te sirve ese corpachón de semental. Dice la boticaria que el problema va a ser tuyo. Que Dios te ha castigado por salirte de cura -y a él se le anocheció el rostro-. Esta noche, cuando me suba la temperatura abisal repetiremos la postura del predicador.
-¡Misionero!-. Y resignado dejó caer de su mano la pastilla azul que, según la boticaria, le daría otra oportunidad.


El Becario

¡Cuánta fuerza y qué poca puntería! El secreto está en el equilibrio como en todas las cosas importantes de la vida. Hay que apretar los dientes, no mover las alas y sujetar el arco y las flechas con firmeza en el momento del disparo. Deberían haberte enviado unos años antes. A volar y a disparar se aprende mejor cuanto más joven. Ya sabes,  los reflejos, la capacidad de respuesta y sobre todo la intuición y la inocencia. Has vuelto a disparar a su marido. Está girando el coche en dirección a la casa, irá directo al dormitorio con la intención de reconciliarse y los pillará desnudos.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Videochat



El bate, «¡Eso, bate!», se le resbalaba de las manos pringosas por el aceite lubricante, pero de un golpe certero hizo estallar  la pantalla de plasma rompiendo en mil pedazos el reflejo de su desnudez y la de su improvisada amante. Al otro lado, se escuchaba el jadeo mucoso que le pedía más, que no parara y que lo mirara fijamente a los ojos  « ¡Esta ciudad pertenece a las alimañas! » y con otro golpe diestro, ya sin testigos, por puro placer, tiñó de sangre el rostro amordazado de la chica.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Una noche Jack-Una noche Clochard y Asociación de ideas

Volvemos a la disciplina del microrrelato. Tres apuestas para la primera semana de REC (Cadena SER).
"Lo que la ciudad esconde"


Lo que la ciudad esconde. Foto Manuel Montesinos
Lo que la ciudad esconde. Foto Manuel Montesinos
Una noche Jack

Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas.
Sin embargo, si alguien le hubiera preguntado habría dicho de carrerilla, sin detenerse, ni titubear siquiera, el avatar con el que las conoció, los detalles de los personajes que inventó para seducirlas y el  nombré de cada una de las chicas cuyos miembros esparcía, ahora, por toda la ciudad, como basura, después de hacerse junto a ellas el obligado selfie de noches de verano con el fondo de un romántico amanecer en la playa.

Una noche clochard
Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas y no supo qué coger. Lo que no tenía nombre seguro que no debía comerse ni  sería de utilidad . Si fuera importante lo recordaría y se mantendría grabado en su memoria para siempre como el hambre, la soledad,  y el beso que le daba su Manuel cada noche bajo la colcha de cartón.

Asociación de ideas

Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas y decidió llamar a los objetos que no recordaba, por los sentimientos que a ellos le unía. Recorrió toda la casa escribiendo lo primero que le venía a la mente  En la mesa de la cocina apuntó la palabra “bienmesabe”, en la ventana del comedor anotó “siempre sola”, en la puerta del dormitorio de sus hijos dejó escrito “volaron del nido”, en su habitación,  sobre el espejo, puso la palabra llanto, en el cabecero de la cama grabó con un cuchillo infiel y en la espalda de su esposo pintó con sangre y en mayúsculas la palabra  cadáver.