lunes, 1 de febrero de 2016
Anticoagulantes
De aquella dulce chica que conocí en las vacaciones de 1940 ya nada quedaba. Yo tampoco era el mismo. Cada mañana pensaba que el futuro se nos iba de las manos, que desparecía entre los efectos secundarios de las medicinas, que se diluía en la sangre alimentada de sintrom. Los hijos se habían alejado de nosotros. Los dos parecíamos personas con doble fondo, como las cajas de los magos, disimulando para no herir al otro. ¿Pero qué podíamos hacer? Las cataratas de nuestras pupilas no nos dejaban unir con exactitud el filo de la cuchilla con la vena más caudalosa.
Nota: Pasamos a la siguiente ronda (ufff).
Participación en la web de referencia en España del microrrelato ENTC (Esta Noche Te Cuento) y su locura de concurso "La Copa".
Segunda Ronda
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bueno. No me extraña que hayas pasado, ni un poco.
ResponderEliminarLuisa gracias por el paseo y tu apoyo, un abrazo.
EliminarMe gusta. Mucha suerte.
ResponderEliminarMaestrooo!!! un placer tenerte por estas páginas. UN abrazo grande y gracias por la visita y los ánimos.
EliminarHa de llegar un momento en que el presente y el futuro no sean ni la sombra de un pasado que ya no ha de volver, lo peor es la decadencia física, siempre árida, incluso en compañía.
ResponderEliminarSuerte en la siguiente fase, Manuel
D.Ángel siempre fiel a uno qué buen rollo das la verdad jeje. Como siempre gracias por tus atenciones. Abrazossss!!!
EliminarGran relato Maestro. Triste, eso si, pero grande. Quizá si probasen a no mirarse con los ojos y si con el corazón esa pareja recordaría algo que les mereciera la pena. Pero eso ya queda a criterio del lector...
ResponderEliminarSuerte en la siguiente ronda.
Alfonso gracias por el paseo y el comentario, abrazos.
EliminarMUY bueno. Yo cambiaría vena por arteria, pero es deformación profesional. En el imaginario las venas quedan más poéticas. Me ha encantado.
ResponderEliminarPues seguramente tengas razón suena mucho más a borbotones jeje. Abrazos y gracias
EliminarEnhorabuena Manuel. Qué relatazo. La decadencia del tiempo, que hace mella y engarrota. Esa última frase es aplastante. Genial. Suerte maestro.
ResponderEliminarEy maestrooo cuánto tiempo sin una visita de su merced, jajaja. Me alegra mucho el paseo, te debo lecturas amigo Sergi, campeón.
EliminarUn abrazo