En esa casa no vive
Mizuki Tanaka. Hace algún tiempo que dejó su trabajo de maestro itamae,
abandonó a su mujer y marchó, con una novia errante que conoció en el museo del
mar, a recorrer mundo. Querían ser espíritus libres, ser comprendidos como la
pareja perfecta y, como el honor es el honor, no podía afrontar la ofensa de
vivir con su mujer mientras deseaba a otra.
De la noche a la
mañana, abrió un nuevo restaurante de sushi más abajo. Puedes verlo temprano
con sus cuchillos a la cintura, abriendo el local en compañía de su novia que
chapotea feliz en una gran pecera.
¡Ay, las sirenas! O a lo mejor era un atún rojo hembra de Barbate.
ResponderEliminarVete tú a saber jajaja!! Abrazos
EliminarMuy bien escondido el final.
ResponderEliminarGracias Miguel como siempre muy amable te debo lecturas
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