jueves, 30 de junio de 2016

Turismo Activo

Los muertos que vagamos por los fondos marinos somos personas normales que intentan llevar un retiro tranquilo. Con un ojo abierto a la vida y el otro, tapado por un parche, a la muerte, nos esforzamos en  vencer al sueño y evitar que las mareas nos arrastren donde somos vulnerables a las fauces de los monstruos abisales, o blanco de la  venganza de las tortugas que, en otro tiempo, desmembrábamos y comíamos a la sal en  la cubierta de algún balandro jamaicano.
Firmes, con la pata de palo- el que la conserva- bien clavada en la arena marina, y parapetados tras un cascarón hundido que aún sepulta tesoros, esperamos pacientes, cada día, su llegada.
Hoy adivinamos una gala divertida. Una ceremonia de boda donde pasan al novio por la quilla, a la novia la suben en volandas al palo mayor y finalmente, tras jurarse amor eterno con una mano en la botella de ron y la otra en la Biblia, son empujados hasta el borde de la tabla por el sable de un nativo hasta arrojarlos al mar envueltos en sus neoprenos.

Agazapados, esperamos que en la caída los anillos, ocultos en una ostra, salgan disparados y aumenten nuestro botín.


Relato para ENTC (Esta Noche Te Cuento) Tema los Océanos.

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