Aquel suceso valiente se convirtió en un fenómeno social sin precedentes que marcó la vida de muchos de ellos, modelos improvisados, hombres y mujeres de leyes al desnudo que retrataron sus cuerpos, ante el objetivo de la cámara, en posturas sugerentes y provocadoras, escuetamente cubiertos por el fino tacto de unas togas de seda y un birrete que servía de accesorio para soltar la rigidez de los no iniciados en la materia
Los calendarios se vendieron como churros, surgieron historias desenfrenadas, las abogadas tuvieron más clientes de los que nunca hubieran imaginado, los fiscales también, acusando a sus defendidos, y entre ellos, no podían evitar guiñarse un ojo o lanzarse miradas cómplices en cada vista que se encontraban.
Nota: presentado en el mes de enero en el Concurso de Microrrelatos de Abogados
Palabras obligadas: Calendario Asilo, Fenómeno, Fiscal, Breve.