Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando
sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha
encontrado una botella con un mensaje tuyo y un mapa. Toma te la paso.
-Hola suegra, ¿cómo estás?
¿Disfrutas del juego? ¿Cómo que ahí no hay nada? El mensaje es claro: “si
te cuelgas, lo encuentras”
Mi mujer, acostumbrada a estos juegos del
odio, mitad educativos, mitad retos que siempre nos planteábamos mi suegra
Lilit y yo, desde que nos conocimos, no se extrañó y siguió con sus tareas, de
modo que, pude sentirme más libre para conversar por teléfono con ella.
-¿Quién es ahora la corta de entendederas?
Dime Lilit, ¿quién? Le puse un cuenco de leche y un pico de pan mojado,
se supone que deberías haberlo encontrado en menos de dos horas. En dos horas,
no se muere nadie.
No la oís, pero os aseguro que los gritos
de Lilit se acercaban a la desesperación y podía imaginar, casi ver las venas
de su delgado cuello hinchadas por la furia y el coraje de su inminente
fracaso.
Han sido años soportando su
humillación…”Que si no soy un hombre que se viste por los pies”, “Que no valgo
para nada y que si no fuera por ella ni siquiera tendría un trabajo digno” “Que
me falta valor”.
-Pues chúpate esta, suegra, era una
adivinanza sencilla, sólo te devuelvo la jugada de la última vez que te pedí
dinero prestado y me obligaste con un estúpido entretenimiento a buscar los
billetes gateando por toda la casa delante de todos. Ojo por ojo.
Se oyó un ruido como de madera que cruje,
pude reconocer el sonido de la polea del pozo deslizarse con mucha rapidez, a
lo lejos, se escuchaban un leve maullido y la voz de mi suegra gritando que lo
había encontrado que, una vez más, me había ganado.
“Ya puedes sacarme de aquí”, me dijo. Pero
se quedó sin cobertura.
Con este texto participo en la II EDICIÓN
DEL CERTAMEN RELATO BREVE TURISMODEVINO.COM
(España)
Parte
del primer párrafo y título obligatorios.