Volvemos a la disciplina del microrrelato. Tres apuestas para la primera semana de REC (Cadena SER).
"Lo que la ciudad esconde"
Lo que la ciudad esconde. Foto Manuel Montesinos |
Una noche
Jack
Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas.
Sin embargo, si alguien le hubiera preguntado habría dicho de carrerilla, sin detenerse, ni titubear siquiera, el avatar con el que las conoció, los detalles de los personajes que inventó para seducirlas y el nombré de cada una de las chicas cuyos miembros esparcía, ahora, por toda la ciudad, como basura, después de hacerse junto a ellas el obligado selfie de noches de verano con el fondo de un romántico amanecer en la playa.
Al abrir el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las cosas.
Sin embargo, si alguien le hubiera preguntado habría dicho de carrerilla, sin detenerse, ni titubear siquiera, el avatar con el que las conoció, los detalles de los personajes que inventó para seducirlas y el nombré de cada una de las chicas cuyos miembros esparcía, ahora, por toda la ciudad, como basura, después de hacerse junto a ellas el obligado selfie de noches de verano con el fondo de un romántico amanecer en la playa.
Una noche
clochard
Al abrir
el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las
cosas y no supo qué coger. Lo que no tenía nombre
seguro que no debía comerse ni sería de utilidad . Si fuera importante lo
recordaría y se mantendría grabado en su memoria para siempre como el hambre,
la soledad, y el beso que le daba su Manuel cada noche bajo la colcha de
cartón.
Asociación
de ideas
Al abrir
el contenedor, se dio cuenta de que estaba empezando a olvidar el nombre de las
cosas y decidió llamar a los objetos que no
recordaba, por los sentimientos que a ellos le unía. Recorrió toda la casa escribiendo
lo primero que le venía a la mente En la
mesa de la cocina apuntó la palabra “bienmesabe”, en la ventana del comedor
anotó “siempre sola”, en la puerta del dormitorio de sus hijos dejó escrito
“volaron del nido”, en su habitación, sobre
el espejo, puso la palabra llanto, en el cabecero de la cama grabó con un
cuchillo infiel y en la espalda de su esposo pintó con sangre y en mayúsculas
la palabra cadáver.