El mismo día del entierro lo invitaron y se dieron un atracón de carne cruda, malísimo para sus huesos. Anoche perdió tres dedos y no sabe dónde, más de una vez sale sin la cabeza, la cuelga de la verja y acaban llamándonos la atención. Si lo hubieran incinerado, nada de esto pasaría.
Nota: Un #RelatosEnCadena para terminar el año.
Ilustración de EpiFabal. EL SECRETO.
FELICES FIESTAS A TOD@S Y SUERTE PARA 2015 DE UN ZOMBI MICRORRELATERO