viernes, 18 de enero de 2013

Efectos Secundarios

La Siesta-Fale.TMientras suelto las pastillas en las hierbas altas de la terraza del restaurante nos miramos fijamente. Meses de lucha, esfuerzos y sacrificios se tambaleaban pero ya estaba tomada la decisión: ¡Me comería hasta el rabo! ¡Empezaré la dieta mañana!

Lo último que recuerdo es al camarero partiendo el cochinillo con el plato y a mi tumbado. Alguien me aflojaba el nudo de la corbata y trataba de reanimarme.

Ese día la dieta dictaba para comer hojas de té sueltas y mucha agua.

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