Mientras suelto las pastillas en las hierbas altas con
la intención de aniquilar a todo bicho viviente me veo bien, feliz. No puedo
decir que sea un asesino nato, un novio de la muerte pero, a mi manera,
sembraré el jardín de cadáveres eliminando esta horrible plaga y aportando por
fin algo a la sociedad.
Cuando entre el doctor se lo diré, que me suelte de esta cama, que
me libere de la camisa que me apresa que tengo el plan perfecto para curarme
sin incendiar nada.
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