El caluroso verano airea vidas en aquellos adolescentes llegados de la
ciudad que rodean la fuente del pueblo
en sus bicicletas, al tiempo que empapan su escasa ropa o se ajustan las formas
desabrochando miradas.
Al otro lado, los chicos del pilón, con una
dentadura perfecta, esperan, como todos los años, a que alguna desahogue sus
indómitos pechos y a que, en un descuido, el urbano mozo hunda su rueda delantera en la zanja eterna,
alfombrada con un tablón empuntado y con la profundidad precisa para garantizar,
el choque frontal con el manillar y la rotura de dientes.
Nota: Mi apuesta para el certamen semanal de verano Viajes de la Cadena SER. Esta semana tocaba el tema: "Bicicletas".
Las bicicletas son para el verano, y las ortodoncias para la "rentrée", maestro Montesinos.
ResponderEliminarUn saludo
Juan M
Jajajaa no se si al final te ha gustado o no??? Jaja
ResponderEliminarCreo q no estoy muy aceetado ultimamente. Ya no escribo mas hasta mi vuelta.
Abrazos
Me ha hecho mucha gracia lo de la maniobra de ciclismo extremo. Yo recordaba lo de los aparcamientos para bicis metiendo la rueda entre los glúteos de un tipo tumbado boca abajo (conozco chistes con variantes racistas de muy mal gusto). Lo de los pechos con ese uso me sorprende, pero las filias son tan amplias y creativas.
EliminarUn abrazo, maestro Montesinos.
Juan M
Las chiquilladas en los pueblos dan para muchas historias, y esta es breve pero divertida como pocas.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Alfonso, sío en el fondo es eso chiquilladas de pueblo pueblo jaja.
EliminarMe alergra que te haya divertido.
Muy buena historia.
ResponderEliminarSaludos !
Gracias por tu visita, lectura y comentario.
EliminarUn abrazo, te persigo.