El caluroso verano airea vidas en aquellos adolescentes llegados de la
ciudad que rodean la fuente del pueblo
en sus bicicletas, al tiempo que empapan su escasa ropa o se ajustan las formas
desabrochando miradas.
Al otro lado, los chicos del pilón, con una
dentadura perfecta, esperan, como todos los años, a que alguna desahogue sus
indómitos pechos y a que, en un descuido, el urbano mozo hunda su rueda delantera en la zanja eterna,
alfombrada con un tablón empuntado y con la profundidad precisa para garantizar,
el choque frontal con el manillar y la rotura de dientes.
Nota: Mi apuesta para el certamen semanal de verano Viajes de la Cadena SER. Esta semana tocaba el tema: "Bicicletas".