El puñetero ojo de la cerradura se atascaba un poco pero con el tiempo iría más suave, le dijo, y bien pensado, lo haría más invulnerable a los atrevimientos lascivos de algunos de sus enemigos y él podría marchar a la guerra y a sus conquistas con la tranquilidad de que su bella esposa no sería violada ni ultrajada.
Los celos desaparecerían y la honra de su mujer sería respetada eternamente. Dudó un instante, lo miró fijamente a los ojos pero acabó por entregar la llave al orfebre para que le tomara las medidas exactas a su dulce esposa
Los celos desaparecerían y la honra de su mujer sería respetada eternamente. Dudó un instante, lo miró fijamente a los ojos pero acabó por entregar la llave al orfebre para que le tomara las medidas exactas a su dulce esposa
Ay el orfebre! Como siempre, querido Manuel.
ResponderEliminarabrazos amigo, y cuido con los artesanos jeje abrazos
EliminarDebió ser duro llevar un cinturón de esos u demasiado injusto. Lo que es justo decirte es que tu micro me ha parecido muy original y bueno.
ResponderEliminarBesicos muchos
Gracias guapa, el orfebre seguro que sabe liberarla.Abrazos
EliminarEl hombre quiere ir a la guerra tranquilo, el problema es que tarde años en volver, o no regrese, o se pierda la llave, pobre mujer.
ResponderEliminarMuy buen "despojo", Manuel
Un abrazo
Querido Ángel creo que la pobre mujer no estará tan sola jeje.
EliminarAbrazos
Muy muy sugerente.
ResponderEliminarD.Miguel gracias por pasar y por tus ánimos.
EliminarAbrazos