Abandonan, primero uno y luego el otro, la habitación del hotel a paso ligero, sin volar, tal y como aprendieron durante el curso para desempleados que los certificó como espías. Tres minutos de reloj les serían suficientes.Se adivinaba en sus miradas, ocultas bajo la barretina, la sólida tranquilidad de haber realizado la faena superando los estándares de profesionalidad y discreción que la misión exigía. La zona de peligro, definida así en el manual, estaba limpia de micrófonos y cámaras ocultas y el contador de billetes electrónico sin huellas del líder independentista. Si hubieran recordado no llevar el calzoncillo sobre los pantalones, seguro que el operativo habría sido un éxito.
Muy bueno, Manuel; o molt bé.
ResponderEliminarGracias mi fan más cercano jajaj. Abrazos,
EliminarSuperheroes con barretina y calzoncillo por fuera, rescatados de las filas del paro por alguna organización política con interés en el "procés". Yo que tú iría pensando en adaptar la idea al cine, seguro que era un taquillazo.
ResponderEliminarAbrazos
ajajaj Anna, gracias no se me había ocurrido, desde luego rec no es pero guión podría empezar así jajaja.Abrazos
EliminarComo bien ha apuntado Anna López, si han hecho lo de los "Ocho apellidos catalanes", no veo por qué no esta buena historia tuya.
ResponderEliminarUn gusto leerte y también coincidir contigo.
Un abrazo
Ángel, máquina, gracias por el paseo y el cmentario tan positivo jaja. Gracias
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