domingo, 15 de noviembre de 2015
Tormento
Vuelven a ser invisibles pero siguen ahí, al fondo del muro, agazapadas, esperando un mínimo de luz. Pueden seguir los pasos del pelotón o quedarse inmóviles como las de los prisioneros. Una imita el movimiento elegante de un sombrero al aire con orificios de entrada y salida, otras se contorsionan con la caída convulsa del soldado. No vi siluetas de conejos, ni elefantes de la China. Dicen que la del poder es alargada. La mía lo sabe todo, me aterroriza cuando se proyecta gigante, bajo la luna llena, armada con el fusil y me obliga a darles el tiro de gracia.
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Sombras que siguen pegadas a sus dueños hasta el fin. Muy buen rec, o despojo, o como se le quiera llamar.
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel
D.David gracias por estar siempre tras el rastro, te debo yo lecturas. Un abrazo.
EliminarCada sombra atada, inapelable, al destino de quien la proyecta. Me gusta el juego de luces que has preparado para esta frase sobre la invisibilidad. Suerte en la próxima. Un abrazo!!!!
ResponderEliminarLagartooo, te veo pronto en lo de Arantxa, seguro no? Gracias por tu seguimiento.
EliminarAbrazos
Muy sugerente.
ResponderEliminarD.Miguel gracias por el paseo y el comentario.
EliminarUn abrazo