Giro la cabeza, me vuelvo y el
guía no está en mi campo de visión, ha sido sólo un segundo, menos diría yo. De
pronto, devorada por la muchedumbre que camina entre las callejuelas no
localizo a ninguno de mis compañeros de viaje. Acelero, tropiezo, rompo una
chancla y empiezo a angustiarme, siento que todos los ojos comidos de raza me
atraviesan, conocen mi miedo y mi
extravío.
Veo el sombrero Indiana Jones de Carlos doblando la calle dos laberintos
más abajo. Corro. Ahora, un burro
repleto de sacos casi me aplasta, los niños corren entre mis piernas y rompo la
otra chancla. Intento salir de esa ratonera velada de turbantes, tuerzo. Una
calle aún más estrecha que termina en otro callejón sin salida y una plaza. Fieles
descalzos entrando a la mezquita y un
extraño que me persigue, camino más deprisa, todo lo rápido que puedo,
descalza, y él cada vez más cerca, casi me toca, me atrapa, tira del vestido de
gasa y grito.
Despierto en la habitación del
hotel sudada, con la garganta seca. Él sólo tendrá que esperar agazapado en el
laberinto de calles a que vuelva a dormirme.
Nota: Participación en la web ENTC (Esta noche te cuento) Tema del mes : "...en el laberinto"
Ilustrador: Miguel Jiménez.