Claramente, esta
lista de palabras no responde a los Santos Principios de nuestra Religión.
Tampoco acata los preceptos de
comunicación del Ministerio de Prensa y Propaganda. Por tanto, me veo obligado,
tal y como expresan las ordenanzas de nuestro Código de Ética y Buen Gobierno, a tratarlo como un agitador y aplicarle el correctivo pertinente por su inducción al motín ciudadano.
Si la
situación fuera otra, no habría ordenado que le dieran de leches con la toalla
empapada. Le habría quitado la mordaza y las esposas y habría traído un médico para
curarle las heridas pero, ante el estado de rebelión que ha suscitado, me veo
en la obligación de retenerlo y obligarle a su confesión en el tiempo y forma que se establece para tales casos.
Y por supuesto,
la palabra Libertad seguirá sin existir, incluso escrita al revés, como aparece en el
título de su último libro.
Nota: Mi apuesta mensual para la web Esta Noche te cuento. El tema era "Inventa una palabra" . Un sencillo canto contra la censura y la libertad de expresión.