
Si la
situación fuera otra, no habría ordenado que le dieran de leches con la toalla
empapada. Le habría quitado la mordaza y las esposas y habría traído un médico para
curarle las heridas pero, ante el estado de rebelión que ha suscitado, me veo
en la obligación de retenerlo y obligarle a su confesión en el tiempo y forma que se establece para tales casos.
Y por supuesto,
la palabra Libertad seguirá sin existir, incluso escrita al revés, como aparece en el
título de su último libro.
Nota: Mi apuesta mensual para la web Esta Noche te cuento. El tema era "Inventa una palabra" . Un sencillo canto contra la censura y la libertad de expresión.