Princesa, me gusta llamarte así. He creado un vergel elíseo a tu alrededor, te retiro
de la umbría, podo tus marchitos defectos y te alejo de las semillas rebeldes.
Princesa, llevas en tus raíces la savia de
reinos antiguos, de Irán o Turquía. ¡Qué más da! Has sido educada en las más
sofisticadas cortes palaciegas, diríase que posees grandes poderes: sabes medir
la cantidad de luz que puede filtrarse
en las habitaciones, detectas la mínima variación de temperatura, el grado
perfecto de humedad y el rumbo de las corrientes de aire.
En tu vida latente, hoy has vuelto a
germinar y, sin que sea primavera, me regalas estambres voladores con perfume
oriental.
Ahora he de irme de viaje, pero no temas,
el vecino te regará dos veces por semana y te contará historias de amor
botánico para que sigas creciendo en mi ausencia.
Nota: Este micro es mi
aportación para este mes al blog: Esta Noche te Cuento III certamen de relato corto... para
mesilla de noche.
El tema de Mayo
es: ...qué le pasa a la princesa...