El número de aspirantes a la única plaza ofertada por el bufete había desbordado todas las previsiones. La confusión cundió por la fila de abogados que esperaban su turno para ser entrevistados cuando, entre los requisitos de última hora, además de los habituales: estudios universitarios, máster internacional, dominio de varios idiomas con plenas competencias y manejo de la comunicación 2.0, exigían una alta preparación IT para poder enfrentarse, en una prueba práctica, a la gestión procesal de cualquier dispositivo por avanzado que éste llegara a ser.
El Jurado con plena independencia podía solicitarnos, desde la recuperación de datos de un disco duro borrado anteriormente, al pinchazo de un teléfono o cualquier otra zarandaja tecnológica.
Claramente, no había lugar para reclamación procesal y el puesto de trabajo era fijo de modo que, por primera vez, las horas perdidas fisgoneando las tripas de mi consola, podían convertirme ahora en un fuerte candidato.
Todas estas habilidades que planteas en tu relato, y que tan bien has hilvanado, son muy útiles en este mundo en el que estamos.
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel
Ángel como siempre gracias por el paseo, eres muy amable amigo.Abrazos
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