Como sombras disipadas por un nuevo amanecer caen, veloces, los cuerpos sin adiestrar de los novatos hasta convertirse en acrobáticos puntos de fuga de una perspectiva aérea. Supuso que todos, en sus primeros movimientos, repetían lo aprendido minutos antes en la charla del instructor que no dejó de sonreír a su esposa: “en la caída libre intenten abrazar las nubes, saboreen el ácido de la adrenalina y disfruten las intensas emociones que una aventura como ésta puede asegurarles”.
Recordaba sus palabras cuando tiró de la primera anilla y nada. La segunda tampoco funcionó. Tuvo sólo algunos segundos para reprocharle a su mujer que le regalara "una experiencia única".
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lunes, 21 de diciembre de 2015
jueves, 11 de diciembre de 2014
Un problema menos
Había visto el reflejo de su corpachón roto en mil pedazos en los charcos con cada pisada. “Mal presagio”, pensó. Quiso atrapar un taxi. “Imposible esta noche”, se dijo. No le quedó más remedio que arrancar su vieja furgoneta. “Tampoco he bebido tanto”. El vodka le había dejado un sabor lítico en el paladar y un zarpazo atigrado le arañaba el esófago. Se lo había prometido al salir de casa. “Ni una gota”, pero qué valor podía tener ya su palabra con la cuenta atrás de su relación activada hacía meses.
Iría, por última vez, a la cena de Noche Vieja en casa de sus suegros por los niños, que aún no sabían nada. Tendría que oír de nuevo los reproches de su cuñada: “Hay que mover el culo Tomás” “El trabajo no vendrá a llamarte”. Le mirarían, como siempre, por encima del hombro y cerraría los ojos cuando le entregaran a su mujer el sobre con el aguinaldo.
Sobre el asfalto del puente, un carro con luces de navidad, frenazos y al abrir los ojos el reflejo de su corpachón destrozado en las frías y cristalinas aguas del río del que nunca emergió
Iría, por última vez, a la cena de Noche Vieja en casa de sus suegros por los niños, que aún no sabían nada. Tendría que oír de nuevo los reproches de su cuñada: “Hay que mover el culo Tomás” “El trabajo no vendrá a llamarte”. Le mirarían, como siempre, por encima del hombro y cerraría los ojos cuando le entregaran a su mujer el sobre con el aguinaldo.
Sobre el asfalto del puente, un carro con luces de navidad, frenazos y al abrir los ojos el reflejo de su corpachón destrozado en las frías y cristalinas aguas del río del que nunca emergió
Nota: Relato mensual Diciembre para la web ENTC (Esta noche te cuento).
Lema mensual: "...…Tras las campanadas del año nuevo."
Ilustración: MIGUEL ÁNGEL CEJUDO:
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