Kuba va despertando, es la hora de
levantarse, hay que salir pronto para recolectar el Taku del que sacará la
semilla que mezclada con la fruta machacada y fermentada dará el vino. Después
decidirá los grupos de siembra y organizará el trabajo de su marido Elbo que
hoy debe poner trampas alrededor del huerto para atrapar serpientes.
A kuba le gusta Elbo, su fuerza física,
su piel, su sexo. A Elbo le gusta Kuba su inteligencia, su valentía, sus pezones. Es un hombre satisfecho que
trabaja siempre para ayudarla. Kuba sabe que debe protegerlo como a sus hijos, es
lo natural en estas islas.
La marea está alta y Elbo juega en la
playa a peleas adolescentes, a la caída de la tarde, cuando cesa la
lluvia de estrellas, va a pescar. Tomarán vino y pescado en la cena y harán el
amor una vez más.
Elbo es un hombre feliz en esta isla,
con su choza de barro rojo. Mañana es un día importante, al despertar, acompañará a su hijo mayor a buscar paja para
hacer la cama donde desvirgará a la
mujer para la que trabajará el resto de su vida.
Ilustración: Emma Jimeno
Grande y aterrador relato, maestro Montesinos, en el que el placer primero se convierte en una cadena de esclavo. Un aplauso.
ResponderEliminarJM
Juan Manuel, como siempre gracias por tu mirada aguda, acertada y profunda.
EliminarAbrazos y Aúpa Atleti !
Montesinos, este es un hermoso relato que no debe pasar desapercibido este mes. Lo encuentro muy, pero muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
D.Beto gracias por la visita y la lectura y me encanta que te guste. :))
EliminarAbrazos
Manuel, cuanto tienes de mujer?
ResponderEliminarHolaaaaa Macarena que bien tenerte por aquí, me encanta el acercamiento. Y de mujer... no sé hasta donde llego, supongo que en algún lado estará rondandome y a veces me atrapa :)) Besazos.
EliminarSeguimos en esa rueda. las mujeres como esclavas, y los hombres también. No nos meten en galeras, no se llaman negreros, ni huele a mis rayos esos barcos que nos llevan al destino final de este viaje. A la esclavitud perpetua. y es que dejamos la niñez, por las buenas o por las malas. En Honolulú o en la Amazonia, en España o en Japón. Un cordial saludo.
ResponderEliminarUn saludo.
Albada echaba de menos tus relatos continuados, este me llevas a un lugar de navíos perdidos en océanos llenos de remeros y remeras. Saldremos adelante.
EliminarAbrazos
Relato con un trasfondo de leyenda diría yo, placer y destino tan unidos, asi nos va jeje
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Amigo David, aún tengo un buen sabor de lectura tras acabar hace poco tu libro microseñales. Un abrazo y gracias por la visita.
EliminarHola, Monte.
ResponderEliminarCreo que Elbo es afortunado, mejor trabajar para su esposa el resto de su vida que para un chupasangres, ¿no te parece?
Me encanta tu micro, los nombres y todo.
Besos, majete.
Jajajaja, claramente de acuerdo contigo en todo como siempre jejeje mucho mejor que trabaje así que no para el chupón de turno que nos esclaviza y sin sexo jeje.
EliminarAbrazosss
Una mirada especial y diferente, Monte. Un buen micro, como de costumbre, Maestro. No sé qué más puedo decirte...
ResponderEliminarBesotes
Gracias me alegra que te guste. Yo lo veo tranquilo, sencillo y descrito en tres párrafos. Un homeaje al matriarcado.
EliminarUn abrazo
Mientras me mecía en ese idílico universo, pensaba que habías retratado con exactitud mi vida diaria... Cuando recibí la descarga final, supe que habías retratado con devastadora exactitud -ahora sin ironía- nuestras vidas diarias.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Querido Amando es tu vida y la de todos jajajaja excepto que nos falta el componente isla , al menos a mí que tengo el mar a 400 kilómetros jaja.
EliminarUn abrazo , te leo
Me ha gustado, es otro punto de vista a la realidad heredada, el hombre nace de la costilla de la mujer (más próximo a la realidad) y ellas son las que organizan. Sin embargo siento una mayor placidez en ese mundo que has creado, por eso me da mucha rabia cuando una mujer llega al poder y actúa como un hombre.
ResponderEliminarHola javier, bienvenido a Montesinadas, totalmente de acuerdo la mujer que hace eso es que no es consciente de su verdadero poder, pero... hay de todo. Gracias por tu lectura, visita y comentario.
ResponderEliminarTu Isla Isabel es un relato precioso.
Abrazos
Elbo no es un esclavo...ha elegido a sabiendas y es feliz
ResponderEliminarHola Manuel, yo no sé si lo ha legido pero desde luego no se le ve muy coaccionado por la situación.
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte